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sábado, 7 de enero de 2012

Los azares, los infortunios, las humillaciones: alimento para la literatura

(Buenos Aires)

A veces vivimos pensando en nuestros problemas, en nuestros contratiempos, en nuestras desdichas. A veces, hasta pareciera que las conjuramos. Y muchas veces creo, que no sabemos hacer de las experiencias que el azar o el destino nos deparan, algo para nuestra creación.
Más que un manual de autoayuda, creo que deberíamos leer más a los grandes escritores.
En mi caso, releo a veces algunas páginas de Jorge Luis Borges y del escritor norteamericano Paul Auster, dos de mis preferidos.

Decía Jorge Luis Borges, en una de sus conferencias publicadas con el título de Siete noches,
La ceguera, que "un escritor o todo hombre, debe pensar que cuanto le ocurre es un instrumento".
Y que todas las cosas le han sido dadas para un fin y esto tiene que ser más fuerte en el caso
de un artista. Las humillaciones, los bochornos, las desventuras, todo eso, dice Borges, le ha sido dado como arcilla, como material para su arte. El escritor argentino afirma en su ensayo que hay que aprovecharlo. Y cita, en un poema el antiguo alimento de los héroes: la humillación, la desdicha, la discordia. "Estas cosas nos fueron dadas", dice Borges, "para que hagamos de la miserable circunstancia de nuestra vida, cosas eternas o que aspiren a serlo".
Borges que ya estaba ciego, dice que si el ciego piensa así, está salvado y entonces la ceguera es un don.
En la misma conferencia, Borges afirma que el escritor vive, la tarea de ser poeta no se cumple en determinado horario: "Nadie es poeta de ocho a doce y de dos a seis". Y dice también:"Quien es poeta lo es siempre, y se ve asaltado por la poesía continuamente".
Las conferencias de Siete noches donde se incluye La ceguera fueron ofrecidas por Jorge Luis
Borges en el teatro Coliseo de Buenos Aires en 1977: La Comedia, La pesadilla y Las mil
y una noches el 1º, el 15 y el 22 de junio, El budismo, La poesía y La cábala el 6, el 13, y el
26 de julio, y La ceguera, el 3 de agosto. El tema de la sexta fue decidido en las vísperas,
pues Borges desistió a último momento de hablar de los gnósticos de Alejandría, como había
sido anunciado. Las siete integran el ciclo más extenso debido hasta ahora al autor de El libro
de arena.
Otro de mis escritores preferidos, Paul Auster, cuenta en un reportaje, su experiencia al
escribir el libro La invención de la soledad, que considera un libro autobiográfico: "... me
miraba a mí mismo de la misma forma en que un científico estudia a un animal de laboratorio. Yo no era más que una pequeña rata gris, un conejillo de Indias atrapado en la jaula de mi propia conciencia.
El libro no fue escrito como una forma de terapia: fue un intento de volvereme del revés para descubrir de qué material estaba hecho. Yo, por supuesto, pero yo como uno más, como cualquier persona...".
La ciudad de cristal
, otra novela de Auster, surge después de la ruptura de su primer matrimonio, cuando estaba trabajando y recibe un llamado preguntando por la Agencia Pinkerton. Las llamadas se repiten y al escritor, después de un año, se le ocurre la idea de escribir la novela. Reconoce que esas llamadas ejercieron cierta influencia en el libro: el detective privado y la de implicarse a sí mismo en la trama de la historia.

(c) Araceli Otamendi


bibliografía: Jorge Luis Borges, Siete noches, Fondo de Cultura Económica, Biblioteca actual
(1987)
Paul Auster, Entrevista con Larry McCaferry y Sinda Gregory publicada en el libro Experimentos con la verdad, Editorial Anagrama (2001)

2 comentarios:

Ada Inés Lerner dijo...

Gracias Araceli por recordarnos ésas conferencias de JLB que deberíamos releer a menudo; también a Paul Auster.
Lecturas imprescindibles para todos y mucho más para los que pretendemos ser escritores.
Que tengas un año de paz y creatividad.

Araceli Otamendi dijo...

Te agradezco el comentario Ada, es cierto, deberíamos leer más a menudo estas Siete noches, conferencias de Borges y también a Paul Auster.

Te deseo un feliz año,

un abrazo