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martes, 8 de diciembre de 2009

Crónica de un viaje esperado a Oriente - Martha Minteguía




Crónica de un viaje esperado a Oriente 

(Mar del Plata) Martha Minteguía


Las cuatro horas de neutralización en Heathrow, el aeropuerto de Londres donde debía aguardar el cambio de avión , me sirvieron para reflexionar sobre las verdaderas expectativas de mi viaje .
Sin duda, mi elección de Jordania y Dubai , fue seguramente una búsqueda de contrastes , un inmiscuirme en un pasado lejano y un presente de avances para valorar los trabajos del hombre a través de los tiempos.
Ni bien llegué desde Londres a Amman , me sorprendió una ciudad limpia y pujante , ansiosa de mostrar al turista las bellezas de su país con absoluta cordialidad .





Al otro día hicimos una visita a Jerash una de las ciudades de la Decápolis , a 45 Km. de la capital . La huella de los ejércitos romanos se encuentra por todos los rincones, como el Arco de Triunfo , la Plaza Ovalada , el cardo , la columnata , el templo de Afrodita y el teatro romano de acústica increible .
Una visita al Castillo de Ajdun , del año 1185  ( de la época de los Cruzados , destruido por los mongoles y reconstruido por los mamelucos ) , me trasladaba constantemente a épocas tan lejanas y a la vez aun vívidas al acariciar sus muros y columnas como queriendo referirme sus orígenes .
El primer mapa-mosaico de Palestina en la Iglesia Ortodoxa de San Jorge en Madaba , es de un valor incalculable , dando muestras de la noción extraordinaria que tuvieron de la geografía quienes lo hicieron con dos millones de aquéllos y que habrá servido sin duda a los peregrinos que se acercaron a ella para recorrer los caminos. Luego la visita al monte Nebo desde donde se debía usar toda la imaginación para ver en ese paisaje desértico , el vergel de la Tierra Prometida divisado desde allí por Moisés…
Más tarde , El Jordán y el Mar Muerto .





Pero toda mi expectativa estaba centrada en la visión de Petra , ciudad que visitaría más tarde .
Había leído un poema de Dean Burgon que me llenaba de emoción y suspenso : “ Hazme igual a la maravilla celosamente guardada por el sol del este / una ciudad rosada tan antigua como el tiempo …” . Necesitaba contemplar esa belleza como respuesta del primer contraste del que hablaba al principio .
Las palabras apenas pueden hacerle justicia , algunos hasta se atreven a decir que fue la octava maravilla del mundo …
Quien entre en ella luego de atravesar el desfiladero ( As- Siq ) con los colores del arcoiris en sus paredes de arenisca , se da cuenta que es indudablemente uno de los más grandes tesoros arqueológicos del mundo , la joya de Jordania . Con formaciones extrañas , terrazas agrícolas , canales de agua tallados en los acantilados , embalses y nichos votivos excavados en la roca para sus dioses , nos dan cuenta de una civilización extraordinaria que se desarrolló 2200 a. de C .
Fue fundada por los edomitas y habitada más tarde por los nabateos al este del valle Aravá. Estaba situada en el que era paso obligado de las caravanas portadoras de incienso , mirra , sedas , especies , inapreciables en ese entonces entre Egipto , Siria Arabia y el sur del Mediterráneo . A ellas les cobraban un peaje por descansar y abastecerse . Con ese dinero , se fortalecieron y progresaron . Por el siglo VIII terremotos y cambios de rutas la convirtieron en ciudad abandonada y cayó en el olvido ( custodiada siempre por los beduinos  que negaban su existencia ). Fue redescubierta por Johan L. Burckhards en 1812 Todo esto iba pensando mientras me adentraba en ese desfiladero multicolor de ochenta metros de alto donde se sentía algo oprimente y penumbroso. Cada tanto, alguna figura de elefante algo derruida o los flancos de un camello tallados en la arenisca , arrancaban una exclamación de sorpresa Después de recorrer más de mil metros, allá al fondo , como iluminado por un rayo divino , ¡ Al- Khazneh ! ( el tesoro ).





¡ Qué maravilla esplendorosa ! Esas columnas perfectas talladas con cincel , el frontispicio magnífico con su estilo único , mezcla de helenístico y alejandrino , con el sello nabateo , corta la respiración y el silencio del asombro humedece los ojos ante la mole de treinta metros de ancho por cuarenta y tres de alto .
A los costados , pequeñas hendiduras muestran por donde ascendían los constructores para trabajar la piedra . Dicha piedra, detrítica , está formada a partir de los granos de arena en su agragación y cementación , de ahí sus refulgentes colores .
Uno trata de imaginar cómo fueron las vidas de esos hombres perdidos en el desierto dentro de una ciudad rosada donde se escucharían los gritos de las ventas y los aromas de las especies brotando de las enormes ollas  cocinando corderos , con romero ,pimienta y clavo de olor  . Más allá , el cardamomo en los tes  de los samovares que envolverían el ambiente , casi me producían una embriaguez  gozosa de sólo imaginarlos .
Hacia la derecha avanzando sin cesar , comienzan a desfilar  , el Obelisco , el Triclinium con intrincadas esculturas , un enorme teatro de influencia romana aparece de pronto y después las Tumbas Reales , la de La Urna ,y muchas otras . Una calle columnada nos lleva hasta la base de la montaña . A los costados , las ruinas de lo que fueron edificios públicos y tiendas …





Un camino de empinadísimos escalones gastados , algunos rotos casi intransitables , nos lleva ascendiendo durante una hora ,  flanqueados por enormes socavones , a lo que se denomina El Santuario .
Otro edificio de arquitectura similar a la del Tesoro , nos aguarda , cuando ya casi comienzan las primeras sombras . La vista es magnífica , se puede contemplar toda la ciudad a los pies y muchas leguas a la redonda . El descenso , dificultoso y largo , quiere apurarnos el paso pero la arena depositada en los oradados y vetustos escalones , se transforma en nuestra enemiga . Los ojos de los beduinos como almendras en sus rostros oscuros, parecían atravesar nuestros pensamientos con su misterio de todos los milenios sumergidos en las pupilas como si acumularan las arenas del desierto.
Fue difícil dormir esa noche.
¡Cuántas vivencias estremecedoras desfilaban por mi mente al mismo tiempo ! Desde el sumergir mis pies en El Jordán en Betania , hasta revivir esa ciudad increiblemente esplendorosa aún hoy a través de los siglos , me mantuvieron despierta con el regocijo y el agradecimiento entremezclados hasta que el amanecer me hizo sucumbir al sueño . 
Dubai fue como dar vuelta la página .
Ya desde el avión , impresiona la altura de los edificios , el canal artificial , el movimiento incesante de los autos deslizándose por seis carriles de ida y otros seis de vuelta , El Burj Al Arab ( el hotel de la vela ) dominando la proximidad de la costa y cambiando de color de forma intermitente transfiriéndoselo al mar que lo rodea , todo es magnífico .
En esta ciudad , paraíso de los arquitectos , los edificios  encristalados de distintos tonos como agujas empecinadas en tocar las nubes , hacen pensar que se está ante la más avanzada civilización hoy posible . Algo pensado seguramente para el futuro cuando se termine el petróleo y sea centro de convenciones , negocios y turismo .
Si bien también los ha afectado la recesión , es de suponer que su capital , Abu Dhabi , dueña de enormes yacimientos petrolíferos proveerá de lo necesario .
Pertenece a una Federación de siete Emiratos cada uno con su propio Sheik .
Los hoteles son principescos y sentarse un rato en el lobby nos permite disfrutar de un show de etnias , donde se confunden  los turistas de todas partes del mundo, los filipinos que son los empleados que más toman en estos lugares , junto con las enigmáticas mujeres árabes con sus túnicas de gasas bordadas con piedras por donde se asoman pantalones de raso y se adivinan joyas en las transparencias . Nada que ver con Jordania o Egipto .
Pasear por el canal a la noche disfrutando de una magnífica cena a bordo de una nave típica ,  fue deslizarse por las venas de la ciudad , contemplando los edificios ilumunados como árboles navideños rielando sus reflejos en las aguas .
El safari por el desierto en poderosas 4x4 entre las dunas vertiginosas , hizo aumentar mi adrenalina entre las arenas rojizas hasta proferir exclamaciones de emoción .
Luego  a la luz de la luna llena y las antorchas , sentada sobre cómodos almohadones y degustando los sabores típicos , combinaban los aromas con la música de laúdes y címbalos . Estábamos en el medio del desierto .
También pude ir a conocer el famoso Burj Al Arab  el hotel de la vela , es un sueño hecho realidad con luces y cascadas interiores y exteriors , un placer para los sentidos .
Abu Dhabi capital de los emiratos es una hermosa ciudad haciendo esfuerzos por parecerse a Dubai en su edificación , pero su Campus Universitario es increíble , edificado entre jardines con construcciones  nuevas impactantes que yo no he visto en ningún otro lado.
Ni qué hablar de su principal mezcquita , inmensamente enorme ,de mármol blanco e interiores donde las columnas rematadas con hojas de acanto recubiertas de oro e incrustaciones de otros colores de mármol formando ramas , pájaros y flores , induce al silencio y al asombro . “ Como es arriba es abajo “ parece repetir cada ámbito , donde las intrincadas arañas de cristal checoeslovaco , se repiten en el piso y las alfombras .
Habría tanto más para transmitir y comentar , pero creo haber dado una idea de este viaje que colmó  ampliamente mis aspiraciones que desbordaron con creces todo lo que había leído antes de ir y abrieron mi corazón a tantas emociones que todavía rondan mis noches con imágenes que abren mi mente a los contrastes maravillosos , justamente lo que busqué desde el principio .
Llegué a la conclusión , de que tanto en el pasado como en el presente , los límites del hombre siempre están una frontera más adelante .




(c) de la crónica y de las fotografías: Martha Minteguía 


Martha Minteguía nació en la ciudad de Buenos Aires. Vivió en la provincia de Córdoba y desde 1974 vive en la ciudad de Mar del Plata, en el sur  de la Provincia de Buenos Aires.
Es profesora y escritora. Ganó varios certámenes de poesía que se publicaron en la revista de Li Art International. También ganó varios concursos en distintas provincias argentinas y en Mar del Plata obtuvo varios, uno de ellos de la Unesco. Participó en varias antologías. Uno de sus últimos libros publicados es Espejos y Enigmas - cuentos -.

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